La sala es, sin lugar a dudas, una de las estancias más transcurridas del hogar. Es el espacio para descansar, compartir momentos en familia, mirar series de televisión, leer libros y mil historias más. Por ello, decorarlo adecuadamente para ser un lugar en el cual apetezca estar, es muy importante. Marca la diferencia entre estar a gusto en casa o no. Desde el sofá, las butacas, las mesas, los estantes y demás, hasta el color adecuado para las paredes es sumamente importante. La decisión es vital, pero aunque parece que el color elegido tiene que ser para siempre, la realidad es que siempre se puede cambiar.El blanco es el color básico por excelencia, uno que no cansa nunca y que permite apostar por cualquier estilo decorativo en los muebles y accesorios. Sin embargo, hay un mundo mucho más allá del típico color. Así que enlistamos los colores estrella para decorar la sala esta temporada.
El blanco es el color comodín para la sala.
El blanco es un color comodín, ya lo dijimos, pues es una base neutra que permite que sean los muebles quienes pongan el tono a la sala, o bien, que decidan el estilo decorativo. Es el color perfecto para quienes desean una sala atemporal y práctica ya que combina con cualquier acabado en carpintería y suelo; además de todo accesorio decorativo y mueble.
El beige es un color que suma elegancia a la sala.
Del blanco, pasamos al beige, un tono que sigue siendo neutro y atemporal pero que suma diseño y elegancia a la sala. Es un color que marca ligeramente los muebles que deben adornar la estancia, siendo sofisticados y clásicos en muchos de los casos. Sin embargo, siguen dejando mucho margen de maniobra para atreverse con otros tonos en los accesorios decorativos y muebles así como los materiales usados: madera, mármol y más.
El gris es un color neutro y fácil de combinar.
El gris es el tercer y último neutro por excelencia para decorar las paredes de la sala. Junto con el blanco y el beige, el gris funciona en todos los estilos decorativos. Hablamos de grises en todas sus manifestaciones, desde los más claros a los más oscuros. Sin embargo, el gris tiene ese toque un poco más moderno, actual y versátil; el beige, por el contrario es más clásico y sofisticado. Esa es la diferencia.
El color verde oliva es un acierto, pero no todos se atreven a aplicarlo.
Este tono de verde es conocido como el rústico por excelencia, es un color que siempre suma elegancia en cualquier estancia. El verde es el gran aliado de la madera y de la piedra, así que la mayoría de muebles y accesorios que se ubiquen en la sala deberían ser de alguno de estos materiales. Es un tono que atrae la naturaleza y el bienestar dentro del hogar.